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jueves, 28 de marzo de 2024 01:59h.

Nuevo comentario en nuestra sección "Cartas al Director".

Padezco insomnio desde que entraron en funcionamiento las p... compuertas de la Marina.

Pero aún podría ser peor, pues, de no estar en el paro y tener que madrugar como antes, andaría todo el día como zombi.

El caso es que, no pudiendo dormir hasta altas horas de la noche, y no teniendo nada mejor que hacer, acostumbro a salirme a la terraza a fumarme un cigarro tras otroy a maldecir todo lo que se mueve y suena a chatarra (y también, por qué no decirlo, la hora y el día en que a alguien se le ocurrió la solución de las compuertas, que ha venido a ser la anti-solución). 

Y es así como he podido observar, botellones y voceríos aparte, que hay por ahí un petrolerito que suele atracar y desatracar a horas muy tardías de la noche, allá a la una, las dos o las tres de la madrugada, cosa que a mí, personalmente, me da absolutamente igual, pues yo no tengo que ver ni con petroleros ni con la Disa, que me imagino, aunque puedo equivocarme, que es la que dirige el cotarro, laque manda u ordena que el barco venga y se vaya a tal hora. Pero no puedo evitar pensar que si un día ocurriera algo gordo, como, por ejemplo, que al remolcador que lo asiste se le fuera la mano y lo envistiera como un toro, o que el barco se diera un pepinazo contra el muelle que provocara una explosión o un derrame de crudo, el desastre que se produciría entonces, dadas las horas, sería mucho más grave que si el barquito viniera durante el día, puesto que es de sentido común pensar que entonces la disposición y presteza de la gente que interviniera en el operativo también sería mayor.

Y esto lo digo, además, por lo siguiente: porque muy de cuando en cuando, no sé si una o dos veces al año, he visto desde casa que se realizan ejercicios para contener un posible vertido en el que intervienen bastantes personas, que, como supongo, serán las que de una u otra forma están relacionadas con el puerto. Sin embargo, esto no sería igual de suceder el siniestro real en horas nocturnas, ya que el personal disponible sería, al menos al principio, mientras se iba sacando a todo dios de la cama, mínimo e insuficiente.

Así que no sé, pero me gustaría que alguno de estos señores que critican esto y lo otro en los medios en nombre de su partido, se parara a reflexionar sobre un tema tan serio y tomara cartas en el asunto, exigiendo, como primera medida de precaución verdadera, que el petrolero en cuestión, uno blanco y azul que casualmente vino anoche, haga sus entradas y salidas a unas horas más prudentes y hasta más humanas (si uno se pone en el lugar de quienes han de currar a esas horas), por lo que pudiera acontecer.

Y ya digo que yo en esto ni pincho ni corto, pues ya tengo bastante con sufrir mi propio calvario con las jodidas compuertas de la Marina. Mi propio calvario y el de todos los vecinos que fuimos a denunciar el ruido (o el otro ruido, el que nos trajo la abuelita al parir) a la policía. Como resultado de la misma, alguien de las altas esferas declaró tiempo atrás en algún diario que estaban en ello, que se había comprobado (después de colocadas, como si quienes las montaron nunca antes lo hubieran hecho e ignoraran las "consecuencias acústicas") que era un problema de holguras al que le darían solución lo antes posible. Y mientras tanto, nosotros lo que estamos es desquiciados. Pero en fin, mejor lo dejo aquí, que la cosa iba con el petrolero intempestivo... 

 

José Lorenzo.

 

Nota: Diario Palmero no se hace responsable de las opiniones de sus lectores.