La Palma separó 701 toneladas de envases ligeros a través del contenedor amarillo en 2017, una cifra que podría ser casi cuatro veces mayor si se hubieran separado adecuadamente todos los residuos pertenecientes a este contenedor, hasta alcanzar las 2.620 toneladas. Según los últimos datos del Gobierno de Canarias, el 6,8% de lo recogido en el contenedor gris el pasado año fueron envases que correspondía al contenedor amarillo.

El gerente del Consorcio de Servicios de La Palma, Álvaro Duque, explica que, “pese a estos datos, en La Palma se separó en 2017 un 20% más de envases ligeros que en 2016, lo que muestra que vamos por el buen camino. Sin embargo, aún queda mucho margen de mejora en la separación de envases ligeros, que es el contenedor que más dudas genera en la población. Se ha detectado que el 15% de residuos que se depositan en el contenedor amarillo no pertenece a este receptor, como pueden ser juguetes, zapatos o botellas de vidrio, entre otros”.

El Consorcio de Servicios de La Palma incide en la necesidad de llevar a cabo una correcta separación de los envases ligeros para garantizar su mejor gestión y aprovechamiento. Además, “hay tener claro que todos los envases ligeros, como bricks, botellas de bebida, champú o detergente, así como latas de conserva o refresco, deben depositarse en el contenedor amarillo”.

“Una vez estos residuos son depositados en los contenedores amarillos se recogen y se trasladan al Complejo Ambiental de Los Morenos, donde pasan por una cadena de separación en la que se distingue entre los diferentes tipos de material como PET, bricks y metales. Después se prensan y se envían fuera de la isla a plantas donde se lleva a cabo el proceso de reciclaje”, detalla Álvaro Duque.