ELOGIO DE LA AMISTAD

Cecilia Álvarez

  Me acerco a la definición que sobre la palabra amistad nos ofrece la Real Academia Española y reza: “Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.  Tratándose de una definición académica, capto  una sensación fría y muy objetiva que nada tiene que ver con lo que, realmente, entendemos por esa palabra, así que me dispongo a buscar el significado de amigo y me quedo, igualmente, con una impresión de desapego que nada me comunica: “Que tiene relación de amistad”.

   Ni siquiera los propios académicos de la Lengua Española deben sentir que la amistad, el amigo, sea algo tan impersonal y vacío de contenido como hacen constar en un Diccionario. Lejos de sentirlo como algo tan descorazonador y distante, el amigo es otra cosa que nada tiene que ver con la RAE.

   En realidad, los amigos son seres extraordinarios que se ha inventado la vida para hacer más llevaderos los momentos que se nos llenan de sombra. Son como seres mágicos que a veces no los podemos ver, pero sabemos que están, que se esconden detrás de la distancia que traza la geografía, pero aparecen en tu vida escondidos tras un mensaje, un correo, o, sencillamente, aparecen inesperadamente cuando les necesitas, como si supieran el momento exacto en que deben hacerse visibles.

   Los verdaderos amigos son esos inusuales seres que tienen el don de hablarte sin pronunciar palabra, de escucharte en medio del silencio, de saber cuándo hablan más tus ojos que tu boca. Simplemente están. Sientes su presencia entre la ausencia, percibes, de una forma inexplicable, que aunque les llames en voz baja oirán tu llamada y sabrán que les necesitas. Incluso los hay con poderes mágicos. Son aquellos que, sin que les llames, saben que deben estar a tu lado. Poseen un hilo imaginario que les lleva hasta ti y los sientes, aunque no les veas.

   A veces, se produce el milagro y toman forma real, los tienes frente a frente, y entonces cuentas con su abrazo, ese abrazo que se funde sin palabras, que cura tus heridas y hace que sepas que, realmente, nunca estarás sola.

   Al margen del protocolario significado de  la Real Academia Española de la Lengua, ésta es mi particular acepción de amigo o, al menos, lo que desearía que fuera y entendiendo la palabra amigo en la globalidad de sus dos géneros.